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martes, 28 de septiembre de 2010

DEAD RISING 2


GÉNERO: SURVIVAL HORROR
CANTIDAD DE DVDs: 2
IDIOMA: AUDIO INGLES
               SUBTITULOS INGLES

-Cpu: DUAL CORE  1.6 GHZ
-Ram: 1.0 GB XP / 1.5 GB Vista - Win 7
-Video: Geforce 8800GT

-Hdd: 8.5 GB
PROBADO EN:
 XP SP3 / VISTA / SEVEN 32 y 64 BITS



Tensión, armas devastadoras y muchos zombis. 72 horas de lucha sangrienta y desesperada.

Si recordáis, el protagonista del primer Dead Rising era Frank West, un fotógrafo que acabó metiéndose en un buen lío dentro del centro comercial de Willamette, lugar que fue atacado por una horda de zombis. Bien, pues la odisea que vivió el bueno de Frank no es nada comparado con la que le ha caído encima a Chuck Greene, el nuevo protagonista de esta aventura.

Atraído por el programa-concurso Terror is Reality, consistente en acabar con el mayor número de muertos vivientes en un límite de tiempo determinado, Chuck da con sus huesos en Ciudad de la Fortuna, urbe con una gran similitud con Las Vegas. El problema es que dicha ciudad acaba siendo inundada por cientos (o incluso miles) de estos monstruos, quedando unos cuantos civiles atrapados en su interior… incluyendo tanto a Chuck como a su hija Katey.

A partir de aquí empiezan los problemas para Chuck. Uno de ellos tiene que ver precisamente con su pequeña Katey. Después de ser atacada y mordida por su propia madre, la niña necesita Zombrex diariamente, una medicina experimental, cara y difícil de obtener que impide que la pobre se transforme en un muerto viviente. Buscar y administrar dicha medicina a Katey será una de nuestras tareas principales a desempeñar en Dead Rising 2. Pero no será la única. La invasión zombi será tan brutal y desenfrenada que el gobierno americano se verá obligado a tomar una medida drástica: arrasar la zona. O lo que es lo mismo, que Chuck y el resto de los supervivientes se verán sacrificados en tal exterminio. El tiempo límite son 72 horas (no reales, por supuesto), período en el cual tendrá que habernos dado tiempo a escapar con nuestra hija. Tic, tac, tic, tac…

A grandes rasgos, este es el escenario y el argumento principales de Dead Rising 2, pero el juego esconde muchos detalles más. A lo largo de la aventura iremos teniendo contacto con múltiples personajes secundarios que, al igual que Chuck, se habrán visto “encerrados” en Ciudad de la Fortuna. No vamos a desvelaros nada acerca de ellos para no arruinar parte de la trama, pero aceptad un consejo: no os fiéis de nadie, porque muchos de ellos son verdaderos psicópatas, sociópatas o incluso las dos cosas.

Diseña y mata
Así las cosas, a Chuck no le queda otra que adentrarse en Ciudad de la Fortuna para buscar la citada medicina Zombrex y, de paso, encontrar una vía de escape. Pero su periplo no será nada fácil. En Dead Rising 2 existen muy pocas zonas de las llamadas “seguras”, por lo que los variopintos escenarios se encuentran atestados de zombis. Decenas, cientos de ellos pululan por ahí sin rumbo fijo, al menos hasta que localizan a otro ser humano. Por lo tanto, es absolutamente necesario aprovisionarnos de armas, comida y otros enseres para intentar asegurar nuestra supervivencia. Y es que de eso se trata en Dead Rising 2, de sobrevivir a toda costa y cueste lo que cueste. Es una aventura que es capaz de meterte presión constantemente, que te recuerda una y otra vez que tienes muchas cosas vitales que hacer en muy poco tiempo y que, encima, cuentas con escasa ayuda.

Una de las innovaciones principales que incorpora Dead Rising 2 y que es de imperiosa necesidad es la fabricación de armas personalizadas. A lo largo de nuestro viaje encontramos cientos de armas y objetos de distinta índole que podemos usar para deshacernos de los muertos vivientes y, si conseguimos combinar dos de ellos en unos talleres especiales que están diseminados por toda la ciudad, obtendremos nuevas armas más poderosas y originales. Vale, con un simple bate de béisbol, fusil, pistola o martillo (por citar solo unos ejemplos) podemos “despachar” a un número considerable de rivales, pero cuando llegue el momento de afrontar las peleas contra los jefes finales, la cosa cambiará bastante. Sin duda, las armas que hayamos creado nos vendrán de fábula.
Las posibilidades que encontramos en este sentido son muy numerosas. Bates con clavos, sillas de ruedas con ametralladoras, pistolas de agua ataviadas con bidones de gasolina, rastrillos eléctricos… Todas estas armas de fabricación casera nos proporcionan infinitas formas de matar a los rivales, muchas de ellas verdaderamente sangrientas y brutales. Y además, cada vez que fabricamos una, también obtenemos puntos de experiencia. Como si se tratara de un juego de rol, esta experiencia permite a Chuck mejorar paulatinamente algunas de sus aptitudes, como aumentar su salud, elevar el número de objetos que puede llevar consigo, etc. ¡Pero que conste que la fabricación de armas no es la única actividad que aporta experiencia a Chuck!

La ciudad a tus pies
En cuanto al desarrollo del juego en sí, este se mantiene bastante fiel al que vivimos en el original, si bien este se ha visto potenciado. Por lo tanto, y aunque es preciso seguir una línea argumental muy marcada e ir superando ciertos objetivos principales, gozamos de entera libertad para movernos a nuestro antojo y cuando nos dé la gana. Y por supuesto, si así lo deseamos podemos ir participando en una buena cantidad de misiones secundarias que nos aportarán interesantes recompensas como nuevas armas, experiencia extra o Cartas Combo. Estas cartas coleccionables vienen a ser una especie de manual de instrucciones para la creación de nuevas armas, por lo que la valía de algunas de ellas es francamente alta.

Pero Dead Rising 2 es mucho más que peleas y sangre. Al margen del citado toque RPG del que ya os hemos hablado, la exploración también se lleva un fuerte protagonismo. Y es que Ciudad de la Fortuna es muy grande y esconde multitud de lugares de interés. Por ejemplo, en las tiendas de ropa y complementos podemos cambiar radicalmente el aspecto de nuestro personaje. ¿Nos apetece convertir a Chuck en una estrella del rock? Pues le ataviamos con una chupa y pantalones de cuero más unas gafas de sol, y listo. ¿Preferimos ridiculizarle un poco? Pues nada, le ponemos una falda rosa y unos zapatos a juego y a correr. Pero, como os decíamos anteriormente, la cantidad de tiendas y locales que presenta la ciudad es increíble, por lo que merece mucho la pena investigarla a conciencia. Lo mismo dais con una fantástica tienda de armas…

Brillantez y calidad
El acabado técnico que presenta el título es sobresaliente, así de tajante. Y lo es por varias razones. La primera la encontramos en la variedad y tamaño de los escenarios. La extensión de Ciudad de la Fortuna es increíble y, lo que es más importante, esta se compone de lugares claramente diferenciados entre sí como tiendas de mil clases distintas, talleres, garajes, halls, zonas comunes y de descanso, casinos… Dichas estancias están recreadas con detalle y, además, cuentan con infinidad de objetos con los que interactuar: hay cientos, miles de ellos literalmente, y cada uno tiene una utilidad distinta.

Pero las “estrellas” indiscutibles de Dead Rising 2 son sin duda los zombis. Los hay por doquier, en cantidades industriales, y gracias a un sistema de generación aleatorio su aspecto y variedad es más que notable. Creednos si os decimos que es raro no encontrar por lo menos más de un centenar de ellos en cada uno de los escenarios, monstruos que además muestran un aspecto bastante aterrador en general. Es cierto que su inteligencia artificial es baja, pero eso es algo comprensible y que además está hecho a propósito. De lo contrario, es decir, si fueran medianamente inteligentes, os aseguramos que sería imposible superar la aventura. Mención aparte merecen los jefes finales, puesto que para acabar con la mayoría de ellos es necesario contar con bastantes provisiones, armas potentes y estudiar bien sus patrones.

FUENTE: www.3djuegos.com